Una de las bases estructurales de cualquier proceso de crecimiento personal es la gratitud. Aprender a dar gracias permanentemente por todas las cosas maravillosas que constantemente estamos recibiendo y disfrutando, para el enriquecimiento de nuestra vida. Quien agradece, merece lo que recibe y también merece recibir más. Mírate al espejo, mírate en tus seres queridos, mira tu entorno familiar, mira con ojos de gratitud todas las cosas buenas que la vida te ha dado. Sólo piensa y mira lo positivo de cada cosa o persona, verás que realmente hay tanto que agradecer.
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