Hoy acariciaré a mis hijos mientras son niños aún;
mañana se habrán ido, y yo también.
Hoy abrazaré a mi mujer dulcemente y la besaré;
mañana ya no estará, ni yo tampoco.
Hoy le prestaré ayuda al amigo necesitado;
mañana ya no clamará pidiendo ayuda,
ni tampoco yo podré oir su clamor.
Hoy me sacrificaré y me consagraré al trabajo;
mañana no tendré nada que dar,
y no habrá nada que recibir.
Viviré este día
como si fuese el último de mi existencia.
Y si no lo es, daré gracias a Dios...
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