Ojala todos tuviéramos el privilegio de poder pasar tiempo de nuestra vida con nuestros seres queridos más antiguos, aquellos que forman las generaciones que siguieron, incluidos nosotros. Sin embargo, lo “normal” es alcanzar a conocer a los abuelos, aunque muchos lamentablemente ni eso viven. El poder compartir con un bisabuelo ya es inusual y ni hablar de un tatarabuelo. Los vínculos con las personas mayores son uno de los sentimientos más especiales que unen a las familias. Se trata de una mezcla de respeto, admiración, cariño profundo y protección. 112 años son los que separan a esta tatarabuela con su tataranieta.
Esta foto fue publicada originalmente por Sarah Hamm en su página de Facebook para compartirla con sus familiares y amigos.
Dos días después le notificaron que la foto estaba circulando por internet y que había sido publicada también en la página Life of Dad (Vida de papá). Al llegar a esa página la foto realmente despegó. Patrick Quinn, uno de los fundadores del blog dijo que la compartieron porque pensaron que “algunos usuarios sentirían una conexión emocional” con la foto. Pero pronto se dieron cuenta de que el impacto sería mucho mayor. Muchas personas vieron reflejado en esa foto el amor en las familias que se trasmite de generación en generación.
La foto ya sobrepasó los 2 millones y medio de “Me gusta” y ha sido compartida casi 80.000 veces.
Lo mejor es que la foto ha inspirado a muchas personas a compartir sus propias fotos de los miembros más ancianos junto con los más jóvenes de la familia, en un movimiento que resulta absolutamente conmovedor.
Aquí vemos a una tatarabuela con su tataranieto Samuel. 101 años de diferencia.
En esta vemos a un tatarabuelo de 93 años sosteniendo por primera vez a su tataranieta de 10 días, tan solo dos semanas antes de morir… Él estaba impaciente por conocerla.
Aquí una diferencia de 112 años de un pequeño que duerme con una expresión de absoluta ternura mientras su tatarabuela lo mira con amor.